¿Y AHORA QUE?

• Nuestro objetivo: Que todo creyente vea el convertirse en un líder como la consecuencia natural de su fe. 
• La célula es el lugar perfecto para que descubras tus dones; y así, te des cuenta que tu también tienes el potencial para ser un líder.

1. Cuando una persona entrega su vida al Señor Jesús pasa a formar parte de la familia de Dios. Como miembros de esta nueva familia es importante saber que ahora se tiene comunicación directa con un Dios vivo que nos escucha. Por esa razón debemos apartar un poco de tiempo cada día para dedicarlo a la oración. Orar es platicar con Dios. No es repetir las mismas frases sino hablar con él como lo hacemos con alguien con quien tenemos confianza.

La oración debe ser una práctica que debemos cultivar cada día. Debemos orar con sinceridad. No por obligación ni por tradición sino porque tenemos una verdadera necesidad de hablar con nuestro Padre. Puede comenzar a orar unos minutos cada día y pronto comenzará a ver las respuestas a sus oraciones.

2. Dios nos habla, sobre todo, a través de la Biblia. Leer la Biblia es otro de los hábitos que debe tener todo cristiano. Es importante comenzar a leer la Biblia despacio. Esperando que Dios nos hable a través de ella. Si encontramos algo que no entendamos debemos preguntar a un Pastor o a una persona que tiene ya madurez en la vida cristiana.

La Biblia contiene palabras que nos alimentarán, que nos consolarán y que nos darán fuerzas en momentos de necesidad. No lo olvidemos, cada vez que necesitemos escuchar la voz de Dios leamos la Biblia. Ella es la Palabra de Dios.

3. Otra cosa importante que debe hacer cada cristiano es comenzar a asistir a la iglesia. Es verdad que Dios se encuentra en todo lugar; pero, también es verdad que él ha dicho que debemos reunirnos juntos para adorarle y recibir su Palabra expuesta por un ministro del evangelio. Todo cristiano debe reconocer a su Pastor y ese Pastor debe reconocerle como su oveja.

Dentro de una iglesia podemos conocer a otras personas que comparten la misma fe, los mismos valores y las mimas metas. No hay mejor lugar para sentirse en familia que dentro de una iglesia cristiana. Las personas se ayudan unos a otros y muchos encuentran en la iglesia a la familia que nunca tuvieron.